Recibir o interponer una denuncia por violencia de género cambia la vida de todas las personas implicadas: la presunta víctima, la persona denunciada y, en su caso, los hijos e hijas. A partir de ese momento se activa un sistema jurídico y policial muy específico, con medidas urgentes que pueden adoptarse en cuestión de horas. Entender qué puede pasar tras una denuncia y cuáles son las consecuencias de una denuncia por violencia de género es clave para tomar decisiones informadas y proteger tus derechos, tanto si eres denunciante como si eres denunciado.
Qué se considera violencia de género en el ámbito penal
En España, la violencia de género tiene un tratamiento penal específico cuando se ejerce por un hombre contra una mujer con la que mantiene o ha mantenido una relación afectiva (matrimonio, pareja de hecho, noviazgo, convivencia o relación sentimental, aunque ya esté rota). No se limita a las agresiones físicas: incluye también la violencia psicológica, amenazas, coacciones, agresiones y abusos sexuales, control económico y otras conductas de dominio o humillación.
Esto significa que un mismo hecho (por ejemplo, una agresión o una amenaza) puede ser considerado más grave si se enmarca en violencia de género, con penas más altas y medidas de protección específicas. En España, estos asuntos se tramitan ante juzgados especializados (Juzgados de Violencia sobre la Mujer), lo que hace que el procedimiento sea rápido y con protocolos propios.
Tipos de conductas que pueden dar lugar a una denuncia
- Agresiones físicas: golpes, empujones, estrangulamientos, tirones de pelo, bofetadas, lesiones con objetos, etc.
- Violencia psicológica: insultos constantes, humillaciones, amenazas, aislamiento social, control del móvil o redes sociales, desvalorización continua.
- Violencia sexual: imposición de relaciones sexuales sin consentimiento, coacciones para realizar prácticas sexuales no deseadas.
- Control económico: privar de dinero, impedir trabajar, obligar a entregar el sueldo, controlar gastos de forma abusiva.
- Amenazas y coacciones: frases del tipo “si me dejas te mato”, “te quitaré a los niños”, “nadie te va a creer”, obligar a hacer o dejar de hacer algo mediante miedo.
Cualquiera de estas conductas, si se encuadra en una relación de pareja o expareja, puede dar lugar a una denuncia y activar las consecuencias penales de la violencia de género.
Qué ocurre justo después de interponer una denuncia por violencia de género
Una de las principales consecuencias de una denuncia por violencia de género es la activación inmediata de un protocolo de protección. Esto puede suceder tanto si la denuncia la presenta la propia víctima como si la formula un tercero (vecino, familiar, testigo) o la policía a raíz de una intervención.
El esquema general suele ser muy similar, aunque pueda haber pequeñas diferencias organizativas. De forma resumida, los pasos iniciales suelen ser:
- Intervención policial: la policía o Guardia Civil acude al lugar de los hechos, separa a las partes, valora la situación de riesgo y puede detener al presunto agresor.
- Asistencia sanitaria: si hay lesiones, se traslada a la víctima a un centro médico para emitir parte de lesiones, que será una prueba clave en el procedimiento penal.
- Declaraciones iniciales: se toma declaración a la víctima, a la persona denunciada y, si los hay, a testigos; se recogen pruebas (mensajes, fotos, objetos, grabaciones, etc.).
- Puesta a disposición judicial: el detenido pasa a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, normalmente en un plazo máximo de 24 horas.
Desde ese momento, el procedimiento penal queda abierto y se pueden adoptar medidas cautelares muy relevantes, que afectan a la libertad, al domicilio, al contacto con los hijos y a la vida cotidiana de la persona denunciada.
Medidas cautelares que puede acordar el juzgado
Las medidas cautelares son decisiones provisionales que toma el juez para proteger a la presunta víctima mientras se investiga el caso. Son una de las consecuencias más inmediatas de una denuncia por violencia de género y pueden acordarse en la primera comparecencia judicial.
El abanico de medidas es amplio. No siempre se adoptan todas, pero conviene conocerlas para saber qué puede pasar tras una denuncia en Madrid o A Coruña.
Medidas de alejamiento y prohibición de comunicación
La más habitual es la orden de alejamiento. El juez puede prohibir al denunciado acercarse a la víctima a una determinada distancia (por ejemplo, 300 o 500 metros) en cualquier lugar donde se encuentre: domicilio, trabajo, lugares que frecuenta, etc. También puede prohibir la comunicación por cualquier medio (teléfono, WhatsApp, redes sociales, terceras personas).
El incumplimiento de esta orden es un delito independiente, aunque el procedimiento principal aún no haya terminado. Es decir, si la persona denunciada se salta la orden, se expone a nuevas penas de prisión, incluso aunque finalmente sea absuelta del delito inicial.
Expulsión del domicilio familiar y otras medidas personales
Otra consecuencia frecuente es la salida obligatoria del domicilio familiar por parte de la persona denunciada, aunque sea titular del contrato de alquiler o propietario de la vivienda. Esta medida busca garantizar que la víctima y, en su caso, los hijos, puedan permanecer en un entorno seguro.
Además, el juez puede acordar:
- Suspensión del derecho a portar armas, muy habitual en estos procedimientos.
- Prohibición de residir en un determinado municipio o zona.
- Retirada del pasaporte o medidas para evitar la fuga en casos graves.
Medidas respecto a los hijos e hijas
Cuando hay menores, las consecuencias de una denuncia por violencia de género afectan también al ámbito de familia. En la misma causa penal, el juez puede adoptar medidas civiles urgentes:
- Suspensión o limitación del régimen de visitas del progenitor denunciado.
- Establecimiento de custodia exclusiva a favor de la madre, de forma provisional.
- Visitas supervisadas en puntos de encuentro familiar.
- Prohibición de comunicación con los menores en casos de riesgo grave.
Estas decisiones se toman con carácter urgente y pueden revisarse más adelante, pero su impacto en la vida familiar es inmediato. Contar con un abogado penalista especializado en violencia de género es esencial para defender adecuadamente los intereses de todas las partes implicadas.
Consecuencias penales para la persona denunciada
Más allá de las medidas cautelares, la denuncia inicia un procedimiento penal que puede terminar en condena o absolución. Las consecuencias penales de una denuncia por violencia de género dependen del tipo de delito que se aprecie (lesiones, amenazas, coacciones, delitos sexuales, etc.) y de la gravedad de los hechos.
En los Juzgados de Violencia sobre la Mujer se tramitan tanto delitos leves (antiguas faltas) como delitos graves. La horquilla de penas es muy amplia y puede ir desde multas hasta penas de prisión efectivas.
Posibles delitos y penas asociadas
| Tipo de delito | Ejemplo básico | Posibles consecuencias penales |
|---|---|---|
| Lesiones | Golpes que causan parte de lesiones | Prisión, multa, trabajos en beneficio de la comunidad, orden de alejamiento |
| Maltrato de obra sin lesión | Bofetada o empujón sin lesión apreciable | Delito leve, multa o trabajos en beneficio de la comunidad, privación de armas |
| Amenazas | “Te voy a matar si me dejas” | Prisión o multa, prohibición de comunicación y acercamiento |
| Coacciones | Impedir salir de casa, obligar a hacer algo mediante miedo | Prisión o multa, medidas de alejamiento |
| Delitos sexuales | Imponer relaciones sexuales sin consentimiento | Penas de prisión elevadas, inhabilitaciones, alejamiento de la víctima e hijos |
Además de la pena principal (prisión, multa, trabajos en beneficio de la comunidad), suelen imponerse penas accesorias: prohibición de aproximación, comunicación, inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, privación del derecho a portar armas, etc.
Antecedentes penales y repercusiones futuras
Una condena por violencia de género genera antecedentes penales. Esto tiene efectos muy relevantes:
- Dificulta el acceso a determinados empleos (especialmente en la función pública o con contacto con menores).
- Puede impedir la obtención o renovación de permisos de residencia o nacionalidad en el caso de personas extranjeras.
- Influye en futuros procedimientos penales (reincidencia, agravantes) y en procesos civiles (custodia de hijos, visitas, etc.).
En algunos casos, los antecedentes pueden cancelarse pasado un tiempo sin delinquir, pero mientras tanto condicionan de forma importante la vida de la persona condenada. Por eso es tan relevante que, desde el primer momento, la defensa sea asumida por un abogado penalista con experiencia en violencia de género.
Consecuencias para la persona denunciante y sus derechos como víctima
Las consecuencias de una denuncia por violencia de género no se limitan a la persona denunciada. La presunta víctima entra en un circuito de protección específico, con derechos y recursos que es importante conocer para poder aprovecharlos y, al mismo tiempo, afrontar el impacto emocional y práctico del proceso.
En muchos casos, denunciar supone un cambio radical en la vida diaria: ruptura de la convivencia, cambios de colegio de los hijos, ajustes económicos, miedo a represalias, necesidad de apoyo psicológico, etc. Por eso la ley prevé un conjunto de medidas de asistencia integral.
Derechos de la víctima en el proceso penal
Entre los principales derechos reconocidos a las víctimas de violencia de género se encuentran:
- Derecho a la información desde el primer momento, en un lenguaje claro y comprensible.
- Derecho a estar asistida por un abogado especializado en violencia de género, incluso de oficio si no dispone de recursos.
- Derecho a solicitar medidas de protección (alejamiento, prohibición de comunicación, protección policial, etc.).
- Derecho a participar en el procedimiento como acusación particular, proponiendo pruebas y recurriendo resoluciones.
- Derecho a protección de datos personales y, en determinados casos, a declarar evitando la confrontación visual con el denunciado.
Existen además servicios especializados de atención a víctimas que pueden coordinar apoyo jurídico, psicológico y social.
Recursos de apoyo y ayudas económicas
La denuncia puede abrir la puerta a distintos recursos y ayudas, entre otros:
- Recursos de acogida y alojamiento seguro cuando no es posible continuar en el domicilio habitual.
- Ayudas económicas en casos de especial vulnerabilidad o para facilitar la independencia económica.
- Apoyo psicológico para la víctima y, en su caso, para los hijos e hijas.
- Orientación laboral para facilitar el acceso al empleo o la mejora de la situación profesional.
Es frecuente que la víctima desconozca la existencia de estas ayudas. Un abogado penalista especializado en violencia de género puede informar y coordinar con los servicios sociales y asociaciones de la zona para activar todos los recursos disponibles.
Qué pasa si la víctima quiere retirar la denuncia
Una de las dudas más habituales es qué ocurre si, una vez presentada la denuncia, la víctima se arrepiente y quiere “retirarla”. Es importante entender que, en delitos de violencia de género, la denuncia no es un contrato que se pueda deshacer a voluntad: el procedimiento es público y lo dirige el Ministerio Fiscal.
Esto significa que, aunque la víctima cambie de versión o manifieste que no desea continuar, el proceso puede seguir adelante si existen pruebas suficientes (partes médicos, testigos, grabaciones, intervención policial, etc.).
Riesgos de las retractaciones y cambios de declaración
Los cambios de declaración pueden tener consecuencias complejas:
- Debilitan la credibilidad de la víctima ante el juzgado.
- Pueden dificultar la adopción o mantenimiento de medidas de protección.
- En casos extremos, si se aprecia que se ha mentido de forma consciente, podrían dar lugar a investigaciones por denuncia falsa o falso testimonio, aunque esto no es lo habitual y requiere requisitos muy estrictos.
Antes de modificar una declaración o de solicitar el archivo del procedimiento, es fundamental consultar con un abogado de violencia de género que analice la situación concreta y valore las implicaciones jurídicas y de seguridad, especialmente en contextos de riesgo.
Posibles consecuencias de una denuncia falsa por violencia de género
La preocupación por las denuncias falsas aparece con frecuencia en el debate social. Desde el punto de vista jurídico, formular una denuncia sabiendo que los hechos no son ciertos es un delito. Sin embargo, para que se persiga penalmente se exige un estándar de prueba alto: no basta con que el procedimiento termine en absolución.
En términos legales, podría hablarse de delitos como la acusación y denuncia falsa o el falso testimonio, pero solo cuando se demuestra que la persona denunciante ha mentido de forma deliberada, aportando datos falsos con intención de perjudicar a otro.
Consecuencias penales y procesales de la denuncia falsa
Si se acredita una denuncia falsa, las consecuencias pueden ser muy serias:
- Penas de multa o incluso prisión para la persona que presentó la denuncia falsa.
- Indemnizaciones por daños morales y materiales a la persona indebidamente acusada.
- Pérdida de credibilidad en futuros procedimientos judiciales.
Por ello, es esencial que, antes de denunciar, se actúe con responsabilidad y se expongan los hechos de forma veraz, sin exageraciones ni invenciones. En caso de conflicto de pareja, cuando hay dudas sobre si determinadas conductas constituyen o no violencia de género, conviene consultar previamente con un abogado penalista experto en delitos contra la libertad para recibir orientación.
Impacto de la denuncia en la vida laboral, social y familiar
Además de las consecuencias estrictamente jurídicas, una denuncia por violencia de género tiene un fuerte impacto en la vida cotidiana de ambas partes. Estos efectos, aunque no estén recogidos en el Código Penal, son muy reales y conviene anticiparlos.
En Madrid por ejemplo donde muchas personas trabajan en entornos de alta interacción social (oficinas, hostelería, administración pública, etc.), la situación puede hacerse especialmente visible.
Repercusiones para la persona denunciada
- Ámbito laboral: problemas para mantener el puesto de trabajo si hay detención, medidas de alejamiento que dificultan acudir al centro, pérdida de licencias de armas en determinados empleos, obstáculos en procesos de selección.
- Ámbito social: deterioro de relaciones con amigos y familia, estigmatización, aislamiento.
- Ámbito familiar: ruptura de la convivencia, cambios en la relación con los hijos, necesidad de adaptarse a regímenes de visitas o supervisiones.
Repercusiones para la persona denunciante
- Cambios de domicilio o de ciudad en casos graves de riesgo.
- Ajustes laborales: reducción de jornada, cambios de turno, posibles bajas médicas por ansiedad, depresión o estrés postraumático.
- Reacciones del entorno: apoyo por parte de algunas personas, pero también incomprensión o presión familiar para “no llegar tan lejos”.
La gestión de todas estas consecuencias exige acompañamiento jurídico y, muchas veces, psicológico. Un despacho especializado en derecho penal y violencia de género puede coordinar una estrategia global que tenga en cuenta no solo el procedimiento penal, sino también la situación personal y familiar.
Importancia de contar con un abogado penalista especializado en violencia de género
Ante una denuncia por violencia de género, tanto la persona que denuncia como la persona denunciada necesitan una defensa técnica sólida. El derecho penal es un ámbito complejo, y la violencia de género añade normas específicas, juzgados especializados y protocolos propios.
En ciudades como Madrid, donde la carga de trabajo de los juzgados es elevada, una defensa bien preparada puede marcar la diferencia en la adopción de medidas cautelares, en la valoración de las pruebas y en el resultado final del procedimiento.
Cómo puede ayudarte un abogado penalista
- Si eres víctima: te asesora antes de denunciar, te acompaña en la comisaría y en el juzgado, solicita las medidas de protección adecuadas, coordina con servicios sociales y te representa en todo el proceso como acusación particular.
- Si eres denunciado: analiza la denuncia, prepara tu declaración, propone y recaba pruebas a tu favor, recurre medidas desproporcionadas (alejamiento, expulsión del domicilio, suspensión de visitas) y defiende tus derechos hasta la sentencia.
La rapidez es fundamental: muchas decisiones clave se toman en las primeras 24–72 horas. Contar con un abogado penalista experto en violencia de género en Madrid desde el primer momento permite reaccionar de forma estratégica y minimizar los riesgos.
Preguntas frecuentes
Depende del vínculo y de la fase del procedimiento. La víctima puede acogerse a la dispensa de declarar contra su pareja o expareja en determinados supuestos, pero esa decisión tiene consecuencias procesales y de protección, por lo que conviene valorarla previamente con asesoramiento jurídico.
Sí. La denuncia puede basarse en tu testimonio, aunque será más sólida si se acompaña de mensajes, audios, testigos u otros indicios. Si no tienes pruebas físicas, es importante explicar con detalle fechas, lugares y episodios, y seguir las indicaciones de la policía y del juzgado para recabar más elementos de prueba.
La ley prevé protecciones específicas: posibilidad de adaptar o reducir la jornada, movilidad geográfica, suspensión o extinción del contrato con derecho a prestaciones y protección frente al despido relacionado con la denuncia. Es recomendable informar y coordinarse con el servicio de empleo y la asesoría laboral antes de tomar decisiones.
Es fundamental comunicar cualquier amenaza o incidente de inmediato a la policía y al juzgado. Puedes solicitar refuerzo de medidas de protección, cambios de domicilio o de rutinas y apoyo psicológico. Documentar cada episodio y mantener un plan de seguridad personal ayuda a valorar mejor el riesgo y a reaccionar con rapidez.








