En muchas discusiones de pareja, conflictos familiares o incluso peleas entre amigos surge la misma duda: ¿puedo impedir que alguien se marche de mi casa si considero que “no es buen momento” para irse o quiero que me escuche? La respuesta jurídica en España es muy clara: privar de libertad a una persona contra su voluntad es un delito, y puede acarrear penas de prisión importantes.
En este artículo se explica, con lenguaje sencillo, qué dice el Código Penal, qué conductas concretas son delito, qué excepciones existen y qué puedes hacer por ejemplo si te han retenido en una vivienda por ejemplo. También verás por qué es tan importante acudir a un abogado penalista especializado en delitos contra la libertad y la detención ilegal.
Qué significa retener a una persona contra su voluntad en una casa
En el lenguaje cotidiano se habla de “retener”, “no dejar salir”, “encerrar” o “bloquear la puerta”. Desde el punto de vista jurídico, todas estas conductas se encuadran en los delitos contra la libertad, y en concreto en la detención ilegal o el secuestro, según los casos.
Retener a alguien no es solo atarle o encerrarle con llave. También puede haber delito aunque no haya violencia física, por ejemplo cuando se usan amenazas o coacciones psicológicas para impedir que la persona abandone la vivienda.
- Detención ilegal: privar de libertad a otra persona sin estar autorizado legalmente y sin su consentimiento (por ejemplo, cerrar la puerta con llave y no dejar que se vaya).
- Secuestro: es una forma agravada de detención ilegal en la que, además, se exige un beneficio (dinero, favores, etc.) a cambio de la liberación.
La clave es siempre la misma: se vulnera el derecho fundamental a la libertad ambulatoria, es decir, el derecho de cualquier persona a entrar y salir de los lugares libremente, salvo que exista una causa legal que lo limite.
¿Es legal retener a una persona contra su voluntad en mi casa?
Planteado exactamente así —¿es legal retener a una persona contra su voluntad en mi casa?— la respuesta en España es no, es ilegal, salvo contadísimas situaciones de emergencia que luego veremos. El Código Penal castiga estas conductas como delitos contra la libertad, normalmente bajo la figura de la detención ilegal.
Que la retención se produzca en tu propia vivienda no te da ningún derecho especial. Ser propietario o titular de la casa no te autoriza a privar de libertad a nadie, ni a tu pareja, ni a un familiar, ni a un amigo, ni a un desconocido. De hecho, muchos procedimientos penales por detención ilegal se inician precisamente por hechos ocurridos en domicilios particulares.
Qué dice el Código Penal sobre la detención ilegal
El artículo 163 del Código Penal castiga a quien “detenga a otro, privándole de su libertad”. Esa privación de libertad puede producirse en cualquier lugar: en la vía pública, en un coche, en un trastero o, como plantea la pregunta, en una casa particular.
No es necesario que la víctima esté atada o encerrada en una habitación; basta con que, en la práctica, no pueda marcharse porque se lo impiden con fuerza, con amenazas o con cualquier tipo de coacción. Por eso, cerrar la puerta con llave y negarse a abrirla para que la persona se vaya ya puede ser delito.
¿Cuánto tiempo hace falta para que sea delito retener a alguien?
Una duda muy extendida es si debe transcurrir “un mínimo de tiempo” para que exista delito. En el ámbito policial se habla a menudo de 72 horas, pero ese límite no tiene nada que ver con los particulares.
En realidad, la detención ilegal se consuma desde el primer momento en que se priva de libertad a la víctima sin justificación legal. No hace falta que pasen horas ni días.
La regla general: el delito nace desde el primer minuto
En cuanto una persona quiere salir de la casa y se le impide hacerlo contra su voluntad, el tipo penal de detención ilegal puede estar ya cumplido. No hay un “margen de cortesía” para discutir, insistir o retener unos minutos “para hablar”.
La referencia a las 72 horas procede del ámbito policial: es el plazo máximo que tiene la policía para mantener detenida a una persona antes de ponerla a disposición judicial. Pero ese límite no autoriza a los particulares a retener a nadie durante ningún tiempo.
Cómo influye la duración de la retención en la pena
Aunque el delito exista desde el primer momento, el tiempo total de privación de libertad sí influye en la gravedad de la pena. De forma orientativa:
| Duración de la retención | Consecuencias penales habituales |
|---|---|
| Retención breve (horas o menos de 3 días) | Delito de detención ilegal con penas de prisión menores, aunque sigue siendo delito grave. |
| Retención prolongada (más de 3 días) | La pena aumenta y el juez valorará la situación como más grave. |
| Retención muy prolongada (más de 15 días) | Se aplican tipos agravados, con penas de prisión que pueden llegar a varios años. |
En cualquier caso, incluso una retención de pocos minutos puede dar lugar a antecedentes penales y a una condena, especialmente si se combina con amenazas, lesiones u otros delitos contra la integridad física o la libertad.
¿Cuándo se puede retener legalmente a alguien en una casa?
Existen situaciones excepcionales en las que la ley admite que se limite la libertad de una persona de forma temporal. No obstante, son supuestos muy concretos y deben manejarse con extrema prudencia, idealmente con asistencia de un abogado penalista.
En ningún caso estas excepciones permiten abusos, violencia desproporcionada o retenciones prolongadas. El límite siempre será la proporcionalidad y la inmediatez en avisar a la autoridad.
Situaciones de peligro grave e inminente
La jurisprudencia admite que, en una situación de emergencia, se pueda limitar momentáneamente la libertad de alguien para evitar un mal mayor. Por ejemplo:
- Impidir que una persona en estado de alteración grave salga a la calle con un cuchillo.
- Bloquear momentáneamente la puerta para evitar que alguien ebrio conduzca y ponga en riesgo su vida y la de terceros.
En estos casos excepcionales, la retención debe ser:
- Estríctamente necesaria para evitar el peligro.
- Proporcional al riesgo existente.
- Temporal y breve, contactando de inmediato con policía o servicios de emergencia.
Si la situación se prolonga o se aprovecha para discutir, castigar o controlar a la persona, se puede cruzar fácilmente la línea hacia el delito de detención ilegal. Ante cualquier duda, lo prudente es llamar al 112 y, después, consultar con un abogado penalista.
Retener a alguien para ponerlo a disposición de la autoridad
Otra situación especial es la del particular que, ante un delito flagrante (por ejemplo, un robo en su casa), reduce al presunto autor y lo mantiene en el lugar hasta que llega la policía.
En este caso, la ley permite una retención muy limitada, siempre que:
- Exista un delito flagrante (se ha sorprendido al autor cometiéndolo).
- La retención se haga exclusivamente para entregarlo a la autoridad.
- Se llame a la policía de inmediato y se actúe con moderación.
Si se supera ese marco —por ejemplo, se encierra al presunto ladrón durante horas, se le agrede o se le obliga a confesar—, se puede pasar de la legítima defensa o colaboración con la justicia a incurrir en delitos de detención ilegal, lesiones o coacciones.
Retener a una persona y no decir dónde está: agravantes muy graves
Cuando, además de retener a alguien en una vivienda, se oculta su paradero a familiares, amigos o autoridades, la conducta adquiere una gravedad especial. El Código Penal prevé penas más altas cuando:
- Se niega reiteradamente a revelar dónde está la persona retenida.
- Se dan informaciones falsas para despistar a la familia o a la policía.
- Se utilizan cambios de domicilio, habitaciones ocultas o mecanismos para dificultar la localización.
En estos supuestos, la retención se acerca a lo que la ley considera un secuestro agravado, especialmente si se pide un beneficio (dinero, cesión de bienes, etc.) a cambio de la liberación o se prolonga durante muchos días.
Este tipo de conductas son perseguidas con especial dureza, y suelen requerir la intervención de un abogado penalista especializado en delitos graves contra la vida y la libertad cuando hay riesgo para la integridad de la víctima.
Relación con otros delitos: coacciones, amenazas y violencia
En la práctica, los casos en los que alguien pregunta “¿es legal retener a una persona contra su voluntad en mi casa?” rara vez se limitan a la simple privación de libertad. Suelen ir acompañados de otras conductas que también son delito.
Por ello es habitual que en una misma causa penal se investiguen simultáneamente delitos de coacciones, amenazas, lesiones, violencia de género o incluso delitos sexuales, según las circunstancias del caso.
Delito de coacciones
Las coacciones consisten en obligar a alguien a hacer algo que no quiere, o impedirle hacer algo que la ley no prohíbe, mediante violencia o intimidación. Retener a alguien en una casa suele implicar coacciones, por ejemplo:
- Amenazar con “romperle el coche” si intenta irse.
- Bloquear físicamente la puerta para impedir la salida.
- Forzarle a permanecer en una habitación “hasta que firme algo”.
Estas conductas pueden castigarse como delito de coacciones incluso aunque la privación de libertad sea muy breve, y pueden sumarse a la detención ilegal si la retención se prolonga.
Delitos de amenazas y violencia física
Si, además de impedir la salida, se amenaza a la víctima con hacerle daño a ella o a sus seres queridos, o se llega a las manos, entran en juego otros tipos penales:
- Delitos de amenazas: cuando se anuncia un mal grave (muerte, lesiones, denuncia falsa, etc.) para forzar una conducta.
- Delitos de lesiones: si se producen golpes, empujones u otras agresiones que causan daño físico.
En función de la relación entre agresor y víctima, estos hechos pueden calificarse como delitos de violencia de género, delitos contra la integridad física o incluso delitos contra la libertad sexual si se aprovecha la situación de encierro para forzar conductas de tipo sexual.
Qué hacer si te retienen contra tu voluntad en una casa
Si te encuentras en esta situación y estás siendo retenido en una vivienda contra tu voluntad, es importante actuar con calma pero con determinación. Tu prioridad es salir de la situación de riesgo y, después, denunciar los hechos con el apoyo de un abogado penalista.
Aunque cada caso es distinto, pueden ser útiles las siguientes pautas generales:
Medidas urgentes para proteger tu integridad
- Intenta comunicarte con el exterior: llama al 112, envía mensajes a familiares o amigos, comparte tu ubicación si es posible.
- No asumas riesgos innecesarios: si la persona que te retiene está violenta, evita provocaciones y centra tus esfuerzos en ganar tiempo y buscar una salida segura.
- Observa detalles que puedan servir después como prueba: horarios, mensajes, llamadas, testigos, cámaras, etc.
Una vez fuera de peligro, es recomendable acudir a un centro médico si ha habido cualquier tipo de agresión física o psicológica, y conservar todos los documentos y partes médicos para el posterior procedimiento penal.
Denunciar y buscar asistencia jurídica
Tras el incidente, lo aconsejable es:
- Presentar denuncia ante la policía, Guardia Civil o juzgado de guardia, relatando con detalle cómo fuiste retenido.
- Solicitar protección si existe riesgo de que la situación se repita (por ejemplo, en contextos de violencia de género o violencia doméstica).
- Contactar con un abogado penalista de confianza que pueda acompañarte en todo el proceso: declaración, medidas cautelares, juicio y reclamación de indemnización.
Un profesional especializado en derecho penal y delitos contra la libertad te ayudará a valorar si, además de la detención ilegal, se han cometido delitos de coacciones, amenazas, lesiones, delitos sexuales o delitos contra la integridad moral, y a reclamar la máxima protección y reparación posible.
Consecuencias penales para quien retiene a otra persona en su casa
Quien decide “cerrar con llave” y no permitir que otro se vaya de su casa suele pensar que se trata de un gesto de enfado o de una forma de “forzar una conversación”. Sin embargo, desde el punto de vista penal, las consecuencias pueden ser muy serias.
Además de la posible pena de prisión, hay que tener en cuenta otros efectos: antecedentes penales, órdenes de alejamiento, pérdida de la custodia de hijos en procesos de familia, etc. Todo ello es especialmente relevante en procedimientos que se tramitan en los juzgados penales de Madrid y A Coruña.
Rango de penas y factores que agravan el delito
Las penas por detención ilegal varían según:
- Duración de la retención (horas, días, semanas).
- Medios empleados (violencia física, amenazas, armas, engaño).
- Relación con la víctima (pareja, expareja, menor de edad, persona vulnerable).
- Finalidad (castigo, venganza, obtención de dinero o favores).
Cuando concurren circunstancias agravantes —como ocultar el paradero de la víctima, causar lesiones graves o actuar por motivos discriminatorios— las penas pueden ser muy elevadas, y el margen para obtener beneficios penitenciarios se reduce considerablemente.
Antecedentes penales e impacto personal y profesional
Una condena por delito contra la libertad deja antecedentes penales que pueden afectar a múltiples aspectos de la vida cotidiana:
- Dificultad para acceder a determinados empleos.
- Problemas para obtener permisos de residencia o nacionalidad.
- Limitaciones para trabajar con menores o en determinados sectores.
Por eso, tanto si has sido víctima como si te han denunciado por hechos de este tipo es esencial contar con la defensa de un equipo de abogados penalistas con experiencia en derecho penal que conozca en profundidad los delitos contra la libertad, los delitos de violencia de género y, en su caso, los delitos de homicidio y asesinato cuando la integridad de la persona ha corrido un riesgo extremo.
Preguntas frecuentes
Evita contactar con la presunta víctima, no borres mensajes ni registros de llamadas y anota testigos o cámaras que puedan acreditar lo ocurrido. Acude cuanto antes a un abogado penalista, explica todos los detalles y no declares en comisaría ni en el juzgado sin asesoramiento previo.
Sí. La detención ilegal y las coacciones se castigan aunque no existan lesiones visibles. El solo hecho de impedir la libertad de movimiento de alguien, aunque sea de forma breve y sin golpes, puede dar lugar a condena y antecedentes penales.
Son relevantes los mensajes de móvil, audios, llamadas al 112, capturas de ubicación, vídeos, grabaciones de cámaras, partes médicos, testigos presenciales y cualquier documento que refleje que pediste salir o ayuda y te lo impidieron.
En estos casos se valoran las pruebas objetivas: lesiones, mensajes, llamadas, testigos, antecedentes de conflictos previos y la credibilidad de cada versión. La falta de pruebas claras puede llevar al archivo, pero si las hay, el juez puede condenar solo a una de las partes o a ambas.








